26 ago 2008

IRLANDA

(...) Al tiempo de estar aquí, el paisaje de la foto que uno traía incorporado, ese de las colinas verdes, las ovejitas pastando y el cielo azul, queda obsoleto. Poco a poco el clima gris y opaco lo invade todo. Sin embargo, como es el primer mes de tu llegada, el segundo…, el tercero, incluso el cuarto… conservas la esperanza. Sobretodo si miras a tu alrededor y te topas con los escotes, las faldas cortas, los colores estridentes, los niños con gafas de sol, las tiendas vendiendo la última moda en traje de baño, o el set completo para poder disfrutar de la playa.
Después de todo es julio y empiezas a pensar que eres tú el que va mal, que en realidad hace calor, (aunque no lo sientas). Además, pronto vendrá agosto y te podrás, por fin, quitar la chaqueta y ponerte ese maletero lleno de ropa de verano que espera ansioso en el placar, sino para qué lo has traído?
(...)



Irlanda sorprende, por lo bueno y por lo malo. Así surge la idea de escribir una serie de crónicas acerca de la realidad actual de este país. Situaciones cotidianas, propias y ajenas, que buscan formar una suerte de composición de lugar… un lugar que no encontré en ninguna de las tantas guías de viaje que leí antes de llegar aquí.






1 comentario:

Javier Liébana Radó dijo...

Hola, desde luego hay que olvidarse de las geniales películas de John Ford para entender que es realmente Irlanda, pero también en parte siempre cada uno nos llevaremos una impresión muy subjetiva...

Desde el lander mallorquín donde escribo, como en cualquier parte, la imágen topica del pais, en este caso de paraiso turístico casi caribeño, se esfuma en cuanto vives y te integras en la soporifera sociedad balear.

Aunque al menos no hacemos (literalmente) lo que el nombre del archipielago indica, de ser así los de la Asociación Nacional del Rifle vendrían en masa aquí a jubilarse y no a Florida.

Yo personalmente, si hablas de escotes y minifaldas quizás pase por alto los defectos del país, más aún si debo hacerlo al salir de un pub... ;)